Celaya, Guanajuato.- Hace más de 10 años, el padre César Corres Cadavieco, conoció a Gisela Gaytán Gutiérrez cuando formaba parte de una comunidad católica y este miércoles le tocó despedirla con una homilía donde criticó fuertemente la violencia que se vive en Celaya.
No solo mataron a una candidata, mataron a un cúmulo de posibilidades de bien que le fueron arrebatadas a esta ciudad por los delincuentes, todo el bien que ella iba a hacer, todas las políticas que ella iba a implementar, borradas de un plomazo, porque alguien cree que es dueño de la sociedad, por alguien que cree que puede controlar la vida de los demás, pero óiganlo bien malditos, somos más los hombres de bien y la sangre de Gisela caerá sobre sus cabezas y las de sus hijos por siete generaciones como dice la biblia”, expresó durante la celebración eucarística en la Catedral de Celaya.
El padre César es párroco de la Santísima Trinidad en Tacubaya en la Ciudad de México, pero viajó a Celaya a oficiar la misa por petición de la familia Gaytán Gutiérrez.
«Yo empecé una comunidad católica en Celaya y Gisela formó parte de esa comunidad que se llama ‘El Camino’ donde seguimos trabajando, pero después con sus compromisos políticos ya no podía asistir con esa frecuencia pero nunca abandonó sus creencias ni sus principios, era una persona de bien”, relató en entrevista posterior a la misa.
Durante 10 minutos, Corres Cadavieco ofreció una homilía sin precedentes en Celaya donde reprochó la actitud de los delincuentes.
“Creo en la misericordia pero para eso hace falta la conversión y no creo que sus corazones torcidos se puedan convertir algún día así es que espero que se achicharren en el infierno.
No quedarán impunes, quizá sí, ante los poderes humanos, en este país donde el 99 % de los crímenes no se castigan, quizás la libren, pero ante el juicio de Dios no se podrán librar, les espera la destrucción, el sufrimiento atroz”, puntualizó.
El lunes por la noche César Corres recibió una llamada para informarle sobre el asesinato de Gisela Gaytán, a quien recordará con gran cariño.
“Nos llena de orgullo despedir a esta hermana congruente con sus principios morales, una soñadora que deseaba construir un mundo mejor, que quería arreglar un poco el desorden que es esta ciudad. Que quería traer un poco de certidumbre a tantos miles y miles que se sienten solos ante la delincuencia”, dijo en la misa.
El padre exhortó a que el legado de Gisela Gaytán vaya más allá de un partido político y permee en toda la sociedad.
“Gisela tiene que ser un grito permanente en esta ciudad, no solo para Morena y todos aquellos que acompañaban en su sueños y en sus proyectos, de llevar a cabo una propuesta política, también a los de oposición, también a los que no son políticos, para todo ciudadano de bien esta muerte tiene que calar hondo, no puede pasar por una muerte más.
“Gisela es signo de una sociedad que no se puede derrotar ante el mal, de una sociedad que no se puede quedar cruzada de brazos ante la corrupción, de una sociedad que no puede vivir enemistada, polarizada, viendo enemigos en quienes son de signo político diverso”, comentó.
Seguridad, una deuda del Estado
También exigió a los presentes no permitir que un crimen así se vuelva a permitir en la ciudad.
Sientan vergüenza ciudadanos de esta ciudad de que hayan permitido este atropello, porque todos somos responsables cuando se mata a un hombre de bien, a una mujer que pudo haber hecho el cambio en esta ciudad, empezando por el gobierno que no es capaz de ofrecer lo más básico que todo Estado debería ofrecer, seguridad a sus ciudadanos. Se siguen matando candidatos en todas partes del País. Nos desgarra el corazón ver a esas madres y a esas hermanas y a su esposo que le arrebataron a su esposa, esos malditos lo van a pagar, créanmelo”, afirmó.
El párroco aseguró que si bien “los malvados hacen más ruido y generan mucho escándalo”, son menos en la sociedad “y los podemos aplastar”.
“Para eso necesitamos leyes y gobernantes valientes que quieran realmente poner en práctica la justicia y el derecho en vez de pactar por miedo o por complicidad con dinero”, indicó.
La homilía del párroco no pasó desaparecida entre los asistentes ya que varios se acercaron al finalizar la misa para agradecerle por levantar la voz e incluso Berta Gómez Ojeda, quien integra la planilla de Gisela Gaytán, le pidió su bendición para continuar con su proyecto político.
“Nosotros tenemos que gritar este tipo de cosas, ni modo que la celebráramos como una muerte cualquiera como si hubiera sido una muerte por enfermedad, los delincuentes nos arrebatan a nuestra gente más valiosa y quién nos protege, dónde está el Estado para protegernos”.
El sacerdote calificó como espantosa la situación de violencia que vive Guanajuato ya que “cada vez dominan más los narcotraficantes y delincuentes y cada vez el Estado parece tener menos posibilidad de enfrentarlos”.
“El presidente de la República descalifica a todos los que están en contra de su pensamiento, cada mañana desayuna un jugo de naranja y una descalificación y forma parte de su carácter y sus maneras de hacer política y tenemos que ir más allá, tenemos que construir un México justo donde se respete la vida de las personas”, agregó.
