noviembre 22, 2024

Xóchitl Gálvez cierra su precampaña en un feudo del PAN sin el cobijo del resto de los partidos de la alianza

Xóchitl Gálvez ha cerrado el periodo de precampañas sin voz, sin el cobijo de los dirigentes del PRI, Alejandro Moreno, y del PRD, Jesús Zambrano, y sin mediciones de la preferencia electoral. El abandono de los partidos no ha causado demasiada sorpresa, ha sido una constante en los últimos 60 días de esta fase del proceso electoral. El líder del PAN, Marko Cortés, ha sido su único respaldo en uno de los feudos del partido conservador. Acámbaro, Guanajuato, una de las entidades más golpeadas por la inseguridad y la violencia en el país, pero también la única en la que perdió el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2018 ha sido elegida por la abanderada de la coalición Fuerza y Corazón por México para dar su último mensaje antes de entrar en un descanso que durará 42 días. La inseguridad en el país pero en especial en esa región del bajío ha sido el centro del discurso de la frentista. “No podemos acostumbrarnos a vivir así, no se acostumbren a la inseguridad, esto no es vida” sentenció.

“¡Yo no voy a culpar al neoliberalismo!” “No le voy a echar la culpa a Andrés Manuel” “¡Le entramos ahora o el país se nos va de las manos!, “¡Es ahora o nunca!”, son los tiros que ha lanzado la hidalguense en su último acto de precampaña al que ha llegado afónica. “¡Presidenta!, ¡Presidenta!” ha sonado en la plaza como respuesta. Las banderas panistas predominaron en el lugar, entre ellas se perdieron los escasos estándares priistas y aún más los del PRD, si es que los hubo. Gálvez ha dado señales de no buscar desengancharse del cuerpo a cuerpo con su contrincante de Morena, Claudia Sheinbaum. “No tiene cara para venir a presumir una gran estrategia (de seguridad)”, ha dicho mientras exponía que la Ciudad de México, hasta hace unos meses gobernada por la morenista, tiene un 80% de índice de percepción ciudadana de inseguridad, solo tres puntos menos que Guanajuato. Sin embargo, los números, mediciones o encuestas internas o externas no han ocupado una sola línea del discurso de Gálvez.

La candidata de la oposición ha hecho alusión a la desaparición de Lorenza Cano Flores, buscadora del colectivo Salmantinos, privada de su libertad por un grupo armado quien previamente asesinó a su esposo e hijo en Salamanca, Guanajuato, hace un par de días. El cuestionado censo de desaparecidos del gobierno federal, en el que se han eliminado los registros de personas ausentes, también ha salido a colación. “Hoy hay una madre desaparecida aquí mismo, han asesinado a su esposo y a su hijo. Yo les digo a las madres buscadoras, nunca más van a estar solas. Nunca más vamos a quitar la cifra de desaparecidos”, se ha comprometido.

El cierre de precampaña más importante y simbólico de la frentista se realizó el domingo pasado en la Ciudad de México, con la asistencia de más de 20 mil personas, de acuerdo a cifras de la candidata. Ahí sí gozó del apoyo de las tres dirigencias, esta vez no ha corrido con la misma suerte. Ha cerrado esta fase, preámbulo para la cuenta regresiva del 2 de junio, como si solo fuese la candidata del panismo. Aunado a ello, en su discurso se ha olvidado de los perredistas. “Le pregunto a los priistas, cuento con su capacidad, con su talento, con su entrega para defender a Guanajuato y defender a México? Le pregunto a los panistas ¿Cuento con ustedes para que defendamos a Guanajuato y a México con su visión democrática, de bien común? ¿Cuento con ustedes?” ha cuestionado a los presentes la abanderada. Tampoco su coordinador de campaña, el panista Santiago Creel, ha estado presente en el templete.

La candidata del frente opositor ha arremetido contra López Obrador y su cuestionada estrategia de seguridad. “Tenemos un gobierno muy agresivo con los empresarios, pero qué tal de tímido es con los delincuentes. Muy bravucón con los ciudadanos, pero mansito con los extorsionadores”. La situación de violencia en el país ha sido la base del discurso. Sin embargo, ha asegurado que de llegar a ocupar la silla presidencial no lo culpará de la violencia en el país. “La responsabilidad de enfrentar a la delincuencia organizada es de la próxima presidenta de la República. No le voy a echar la culpa a (Felipe) Calderón; ni a (Enrique) Peña Nieto; a (Andrés Manuel) López Obrador, para eso se tiene toda la fuerza del Estado y hay que aplicarla” ha dicho Gálvez, con el compromiso de regresar la paz a la entidad gobernada por Diego Sinhue Rodríguez, de extracción panista.

La presencia de los dirigentes ha sido vacilante en los actos de Gálvez. El más constante, el líder del PAN, que en los últimos días ha estado bajo el escrutinio público tras revelar los acuerdos para el reparto de puestos y candidaturas en Coahuila entre el PAN y el PRI y acusar el incumplimiento de éstos. Este desacierto le ha costado la descalificación de la opinión pública y de su propia candidata presidencial; pero la más importante, un quiebre más con sus partidos coaligados. Con el PRI por exhibirlo como traidor y con el PRD por excluirlo de las alianzas.

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