León está invadido de anexos pero no todos cumplen la misión de rehabilitar
León ha experimentado un crecimiento en el número de anexos o centros de rehabilitación, pero no todos cumplen con su misión de ayudar eficazmente a las personas a superar sus adicciones.
Según Samuel González Aldana, líder de la asociación civil Guanajuato Unido para la Prevención de las Adicciones, la apertura de estos centros se ha vuelto común, hasta el punto de que cualquier persona puede abrir un anexo.
González Aldana destacó que los grupos de rehabilitación más antiguos en la ciudad, que inicialmente atendían a personas con problemas de alcoholismo, ahora se enfrentan a un aumento en el número de personas que luchan contra diversas adicciones.
Algunos de estos centros han crecido tanto que no cuentan con suficientes “padrinos” o guías para apoyar a todos los pacientes adecuadamente.
“No había lo que ahora hay. hoy hay grupos de 100, 150 personas y nomás los ‘padrinos’ no alcanzan a apadrinar a todos y a pasar el mensaje bien porque es una cosa hermosísima cuando empiezas y te das cuenta que fallaste en muchas cosas y empiezas a escaparte en el alcohol”, dijo.
El líder de la asociación expresó su preocupación por la calidad de estos centros, señalando que muchos no brindan el seguimiento necesario para una recuperación efectiva.
Ahora, hay droga, alcohol y otros vicios, por lo que quien ya ha pasado por estos lugares, incluso piden a sus familiares que los lleven de vuelta.
“León está invadido de grupos, pero grupos que no dan seguimiento, realmente, aunque es por el problema del alcoholismo y drogadicción”, aseveró.
Aunque se estima que en Guanajuato hay alrededor de 300 anexos con documentación en regla, muchos otros operan de manera clandestina y sin cumplir con los requisitos legales, lo que pone en riesgo la seguridad y el bienestar de los pacientes.
Con información de «Zona Franca»
